El sonido de sus botas
despierta las baldosas
de un suelo abandonado:
el desierto .
Su sonrisa ladeada
equilibra la caida de su cuerpo
que amenaza con una cadera adelantada
dispuesta a disparar.
Ordenados silencios
entre las más bellas palabras
que gustan de sus propios labios.
De ala rota es su bombeo
de ala ancha su sombrero
sin alas , ahora ,su pecho .
De cigarros , su tiempo
De sueños sin sueño , su noche
Ha llegado un nuevo vaquero a la ciudad...
Que bueno, volver a leerte.
ResponderEliminarUn corazón tendido al sol...a pesar de la lluvia.
Gracias
Cuando el no ser queda en suspenso
ResponderEliminarse abre la vida ese paréntesis
con un vagido universal de hambre
somos hambrientos desde el vamos
y lo seremos hasta el vámonos
después de mucho descubrir
y brevemente amar y acostumbrarnos
a la fallida eternidad
la vida se clausura en vida
la vida ese paréntesis
también se cierra incurre
en un vagido uiniversal
el último
y entonces sólo entonces
el no ser sigue para siempre
(Mario Benedetti)